Cuadrilla de Jesús Caído

Hace un semana ya del Martes Santo, ese día tan mágico para los hermanos de nuestra hermandad, y después de esos 7 días siguen en nuestra memoria los momentos que pasamos juntos en la calle. Momentos difíciles por mor de las dificultades que la climatología se nos planteó. Un vez más dando lo mejor de ellos mismos, ayudando y comprometiendose cuando hacía falta.

Allí estaba nuestra cuadrilla del Señor. En nuestra Semana Santa, en la que proliferan ya tantas cofradías a las que se les llena la boca con las cuadrillas de hermanos para cargar un pasito más, tenemos en nuestra hermandad el gran privilegio de tener una de verdad. De personas con una larga trayectoria en la cofradía y con un afecto más que demostrado a nuestro Jesús Caído y no solamente a un palo. Da gusto ver a algunos, ya alejados de la carga y que siguen queriendo ver a su Cristo cada Martes Santo. En definitiva, un grupo humano con muchos valores cristianos, de los que tanto adolecen otros hermanos en sus actitudes, pero a los que solo se mencionan para absurdas polémicas superficiale que, por otro lado, tampoco ellos evitan. Que pena que no se sepa todo lo bueno que atesoran y nos quedemos en la fachada, discutiblemente apropiada a veces, pero en ningún caso ofensivo, salvo para algún sector aburrido y retrogrado de la ciudad.

Nuestro agradecimiento, y el mío personal, a esta buena gente, en la que florece una semillita del sentimiento del Cristo que pasean por Cádiz. Un orgullo que sean los pies del Señor, no por ser gaditanos, que también, sino por ser auténticos hermanos.