viernes, 18 de marzo de 2016

Viernes de Dolores


Ya es Viernes de Dolores en la geografía cristiana y andaluza. Es Viernes de Dolores aunque más bien de esperanza que de dolor. Una esperanza que nos transporta a lo que este domingo comienza y que nos retrotrae a tantas vísperas y a tantas 'semanas santas' en las que hemos sentido tantas cosas íntimas, personales y maravillosas, que es imposible que el "Dolor" de su nombre pueda con la ilusión en lo que va a llegar.
Pero hay una familia en la que estos viernes tan señalados lo son aun más. Son los viernes en torno a la madre, al corazón de ese hogar en el que Nuestro Padre Jesús Caído y María Santísima de los Desamparados han estado tan presentes desde la fundación de la hermandad y desde el mismo instante en que nacieron los miembros que vinieron después.


Pero este Viernes de Dolores es diferente. Parece que algo falta. No la vemos por San Francisco, no la oímos enumerar las letanías a María Santísima, ni el rezo de su Rosario. Ya no se nos acerca a preguntar cómo se encuentra nuestra familia, ni la descubrimos en la penumbra de la iglesia frente a Nuestra Madre de los Desamparados dialogando de tantas cosas que solo ellas sabían.
Hasta Ella, María Santísima, está extrañada. Y volverá a estarlo el Martes Santo cuando pasee por la calles de Cádiz. Seguro que, de la costumbre, en más de una esquina, o al salir por la puerta de San Antonio, la sigue buscando con el rabillo de sus ojos llorosos, como siempre lo hacía cuando la acompañaba por el camino o la esperaba discretamente  en cualquier lugar, cuando su cuerpo no le dejaba seguir su animoso paso. Aún no se ha habituado a buscarla mirando hacia arriba, donde está con Ella todo el año, pegada a su vera, cuidando como siempre lo hizo de su gente, imprimiendo ese carácter y ese corazón de una familia con letras mayúsculas.
Es Viernes de Dolores, pero no de dolor. Es Viernes de esperanza en lo que ha de venir, es Viernes de fe y convicción en que junto a María Santísima, la madre de esa familia del Caído sigue presente entre nosotros.


1 comentario:

  1. Gracias. Aunque a los amigos y a la familia....no hay que darlas. Ella siempre decía..tengo Dolores hasta en el nombre!! pero siempre se estaba riendo...y siempre...estaba para ayudar a todos...que gran vacío...imposible de llenar...solo pidiendo que nos cuide...como siempre... pero ahora desde el cielo...Felicidades mama...

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