miércoles, 4 de abril de 2012

Cuando todo acabó

Iremos aportando fotos y recuerdos de un maravilloso Martes Santo, donde el Caído dió ejemplo por las calles de Cádiz.


Ahora me quedo con la imagen con la iglesia a oscuras, prácticamente vacía, con el runrun en los oidos de los aplausos, las saetas y las marchas y pudiendo contemplar esta estampa única de las bellezas de San Francisco.
Era el momento de dar gracias en la intimidad y lo que los ojos te hacían contemplar invitaban a ello irremediablemente.

2 comentarios:

  1. Tal como diría mi hermano Mauri "que alegría mas grande ser de ti". Que orgullo ser del Caído, de mi hermandad que es cofradía solo una vez al año.

    Arturo impresionante foto que como bien dices es uno de los mejores momentos cuando ya todo se ha acabado y el silencio se apodera de nuevo en la Iglesia.

    Pedro Pablo Reynoso

    ResponderEliminar
  2. Cuando llegamos a la puerta de San Antonio del Convento de San Francisco, alguien me dijo en tras el antifaz y el ya pesado capirote: creo que han tenido un hermoso detalle con nosotros. Y así fue, como lo muestra este imagen para el recuerdo. La candelería de la Señora de la Soledad estaba encendida, esperando a nuestros Titulares, a su regreso a casa. Vuelvo hoy a hacer lo mismo que hice emocionado al entrar en la Iglesia: agradecer a los hermanos de la Veracruz, tantos detalles que hablan sin palabras de la calidad humana de las personas que conforman esta cofradía y de los lazos de fraternidad que cada día son más estrechos entre nosotros. Una vez más, la Hermandad de la Veracruz, hecha señorío, servicio, calidad humana. Gracias hermanos, por tantos detalles.

    Rafa Iglesias, sm

    ResponderEliminar