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martes, 13 de marzo de 2012

Simón, el primer hermano cargador.

La figura de Simón el de Cirene es uno de los personajes secundarios de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo que aparece con más frecuencia en los diferentes pasajes representados en la Semana Santa gaditana y de Andalucía. Una imagen que rezuma la sencillez de un trabajador que se encuentra en una situación en la que, a pesar del cansancio acumulado por su jornada laboral, es obligado por la tiranía romana a ayudar a un condenado. Un hombre del cual si nos ponemos en su piel podemos imaginar la rabia sentida al tener que cumplir la orden de un soldado romano en ayudar a alguien del que desconocía cual era su delito para ser condenado... y seguramente, hasta ese momento, ni le importaba.

No obstante, el papel de Simón cobra importancia en los pasajes evangélicos al ser mostrado como alguien del pueblo, sencillo, que obedece la orden con resignación y que al coger el madero junto a Jesús el Nazareno lo ayuda con bondad y le dedica el mejor de sus esfuerzos para aliviar al condenado, al que ni conoce. Una demostración de amor a un desconocido, a un igual, a un HOMBRE.

Resignación, trabajo, sencillez, amor y bondad... cualidades que debe imperar en todo aquel que quiera ser Simón de Cirene. En todo aquel que quiera llamarse HERMANO CARGADOR y simular la figura de ese hombre que dio todo el esfuerzo que le quedaba del día en ayudar al que sin saberlo era el Hijo de Dios hecho Hombre.

El Hermano Cargador debe tener la resignación, la voluntad y la sencillez para cumplir lo que le ordenan, la bondad para ayudar a su compañero y el amor suficiente para darlo sin pedir nada a cambio, para sentirse lleno sabiendo que sobre sus hombros lleva al Hijo de Dios para que un pueblo le hable y le rece, para sentirse orgulloso de que al menos una sola persona está complacida al ver a Jesús pasar frente a ella.

Asemejarse a Simón el de Cirene debe ser la meta de aquel HERMANO CARGADOR que cada Martes Santo quiera aliviar el peso de la Cruz de Nuestro Padre Jesús. Sólo aspiro a que así sea.

8 comentarios:

  1. El que sepa leer y entienda castellano que tome nota.
    Hay quien confunde su disfrute o su lucimiento personal con la verdadera vocación de servicio a sus Titulares que debe tener un hermano cargador. Lo demás sobra.

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  2. Increíble articulo y como dice Arturo en la Hermandad lo único que importa son los titulares, y los cultos a ellos tanto los externos como los internos. Es tan importante el Martes Santo como la Función Principal, y este año lo hemos demostrado, tenemos que seguir en esa línea dentro de la Hdad. e intentar que los que estuvieron ausente, estén presente en los próximos.


    Pedro Pablo Reynoso

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  3. El problema viene cuando el romano prepotente, arrogante y sin razón no permite al Simón creyente, deboto y entregado a la causa poder ayudar a su Cristo.

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  5. la figura de simon de cirene es increible va mucho mas lejos de lo que nos habla mauri, simon de cirene somos cada uno.de nosotros, porque cuantas veces nos hemos visto en el deber de ayudar a alguien y sin ganas, o ese abrazo o beso que hemos dado porque lo necesitaba la persona y nos lo pedia el corazon, yo en muchas.

    Y en una hermandad??? ufff tela, hay muchos simon de cirene en un martes santo o miercoles o jueves santo, desde la cruz de guia que va anunciando la llegada de jesus y maria, a los hermanos penitentes que acompañan a jesus y maria, a esos niños que con 6 añitos tienen ilusion por acompañarles aunque la ilusion es mucho mas mayor de los padres que se convierten en niños y ven con alegria como van; o las acolitas/os ensayando y preparandose todo el año como los hermanos cargadores esfuerzo y entrega.
    Y Detras de los titulares la penitencia, hernanos portando cruces, en luto y en oracion permante, todos cargamos con esa cruz y todos somos simon de cirene.

    Por tanto, el que no entienda esto y valore esto es tan.prepotente como el romano y por supuesto no sabe lo que es hernandad, y sino que la viva y lo sienta.

    Soy alberto de vicente y no tengo ni idea de como va lo del perfil, pero aqui estoy, 1abrazo

    pd: perdon por las faltas escribo desde el movil

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  6. Esta página es la de una hermandad, en la que se puede discrepar y opinar de temas, pero no faltar al respeto con golpes bajos o mala leche.
    Para eso, el que quiera que use sus Facebooks o foros de patiovecino.
    Esto es otra cosa.

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  7. EL MARTILLO
    FONDO
    14.03.2012 - DANIEL ROBLEDO

    El peso cae y va haciendo mella en nuestras fuerzas. Nada sirve de alivio: un breve descanso sin el palo al hombro no es suficiente para reponer las energías que lleva el cargador derrochadas.
    De vez en cuando, llega un poco de agua que sirve para refrescar un paladar reseco por la respiración jadeante y entrecortada. Es un suave alivio que supone poco en el recorrido pero, a su vez, significa mucho en determinados momentos de dolor y soledad. También las Santas Mujeres quisieron enjugar el rostro del Señor limpiando el sudor y la Sangre que empañaban su Santa Faz. Algo puntual durante el penoso caminar hacia el Calvario pero suficiente como bálsamo de ternura ante los insultos, golpes y empujones que acompañaban toda su pasión. Y Jesús, Dios hecho hombre, débil como nosotros -excepto en el pecado-, caía extenuado por la fatiga y el dolor por nuestras faltas. Pero se levantaba, el Amor lo recomponía y le aportaba la fortaleza necesaria para volver a erguirse -aunque tambaleante-. Se alzaba, para que nosotros nos levantemos una vez y siempre.
    También los cargadores sacamos fuerzas de donde no las tenemos: no es el vigor físico el que nos vuelve a colocar el palo al hombro, sino el amor a nuestros seres queridos fundamentado en ese mismo Amor divino con que Jesús se abrazaba a la Cruz.
    Y tras el breve descanso, otra vez arriba ¡Al cielo con Él! Un golpe de martillo nos vuelve al trabajo penoso pero libremente escogido y felizmente aceptado. Ya queda menos: más cansados aunque satisfechos por caminar a Su lado.
    Necesitamos arriar el paso, dar fondo para descansar. De esta manera, nuestra fortaleza soberbia y vanidosa, deja paso a la humildad de los sentidos rendidos por el agotamiento. Pero no importa, seguimos ahí debajo. Apenas podemos esbozar una oración, pero la intención basta. ¡Venga, un poquito más! Otro martillazo, otra «levantá» ¡arriba! Pensemos en María, allí estaba Ella junto a la Cruz de su Hijo. Nosotros también: ad Iesum per Mariam.

    http://www.lavozdigital.es/cadiz/prensa/20120314/opinion/fondo-20120314.html

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  8. He querido poner este artículo aquí por este párrafo que a mi me ha encantado y que hace referencia a advocación de nuestra imagen titular: "Y Jesús, Dios hecho hombre, débil como nosotros -excepto en el pecado-, caía extenuado por la fatiga y el dolor por nuestras faltas. Pero se levantaba, el Amor lo recomponía y le aportaba la fortaleza necesaria para volver a erguirse -aunque tambaleante-. Se alzaba, para que nosotros nos levantemos una vez y siempre. "

    ¡¡Muy grande!!

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